II Domingo de PascuaDe la Divina Misericordia
27 de abril de 2025
CÁNTICO DE DANIEL
Criaturas todas del Señor,
bendecid al Señor;
ángeles del Señor,
bendigan al Señor;
cielos,
bendigan al Señor;
aguas del espacio,
bendigan al Señor;
ejércitos del Señor,
bendigan al Señor.
Sol y luna,
bendigan al Señor;
astros del cielo,
bendigan al Señor;
lluvia y rocío,
bendigan al Señor;
vientos todos,
bendigan al Señor.
Fuego y calor,
bendigan al Señor;
fríos y heladas,
bendigan al Señor;
rocíos y nevadas,
bendigan al Señor;
témpanos y hielos,
bendigan al Señor.
Escarchas y nieves,
bendigan al Señor;
noche y día,
bendigan al Señor;
luz y tinieblas,
bendigan al Señor;
rayos y nubes,
bendigan al Señor;
montes y cumbres,
bendigan al Señor.
Manantiales,
bendigan al Señor;
mares y ríos,
bendigan al Señor;
cetáceos y peces,
bendigan al Señor;
aves del cielo,
bendigan al Señor;
fieras y ganados,
bendigan al Señor.
Bendigamos al Padre y al Hijo
con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
MONICIÓN DE ENTRADA
Queridos hermanos, este es el Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor, una celebración revestida de una alegría inmensa, provocada por nuestra esperanza en la vida eterna: si por medio del bautismo hemos muerto con Cristo al pecado, sabemos que también resucitaremos con Él.
De pie, por favor y decimos a una voz la antífona y el canto de entrada.
RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE ENTRADA 4 Esd 2, 36-37
Abran el corazón con alegría, y den gracias a Dios, que los ha llamado al Reino de los cielos. Aleluya.
Canto de entrada
Coro
Este es el día en que actuó el Señor,
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia. ¡Aleluya, aleluya!
Estrofa 1
Que lo diga la casa de Israel,
es eterna su misericordia.
Que lo diga la casa de Aarón,
es eterna su misericordia.
Que lo digan los fieles del Señor,
es eterna su misericordia.
Coro
Este es el día en que actuó el Señor,
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia. ¡Aleluya, aleluya!
Estrofa 2
Abridme las puertas del triunfo,
y entraré a dar gracias al Señor.
Esta es la puerta del Señor,
los vencedores entrarán por ella.
Yo no he de morir, yo viviré,
para cantar las hazañas del Señor.
Coro
Este es el día en que actuó el Señor,
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia. ¡Aleluya, aleluya!
Estrofa 3
La piedra que el cantero desechó,
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
este ha sido un milagro patente.
Te doy gracias porque me escuchaste,
porque fuiste Tú mi salvación.
Coro
Este es el día en que actuó el Señor,
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia. ¡Aleluya, aleluya!
YO TENGO UN AMIGO QUE ME AMA
Yo tengo un amigo que me ama,
que me ama, que me ama.
Yo tengo un amigo que me ama.
Su nombre es Jesús.
Que me ama, que me ama,
que me ama, sí con tierno amor.
Que me ama, que me ama.
Su nombre es Jesús.
Tú tienes un amigo que te ama
Tenemos un amigo que nos ama
El Señor es mi Luz 2/110
EL SEÑOR ES MI LUZ Y MI SALVACIÓN,
EL SEÑOR ES LA DEFENSA DE MI VIDA.
SI EL SEÑOR ES MI LUZ, LA QUIEN TEMERE?,
¿QUIEN ME HARA TEMBLAR?.
Una cosa pido al Señor:
habitar por siempre en su casa, gozar de la dulzura de Senor contemplando su rostro santo
No me escondas tu rostro, Señor,
buscare todo el dia tu rostro,
si mi padre y mi madre me abanoonan
el Senor me recogeré.
iOh, Señor, enseñame el camino!,
Guíame por la senda verdadera,
gozare de la ficha de senor
Contemplando su rostro Santo
YO SOY LA LUZ DEL MUNDO
Yo soy la luz del mundo
y el que me siga tendra
la luz que da la vida
y nunca andara en la obscuridad.
Dios es la luz, Dios es la paz, Dios es amor.
Dios es la luz, Dios es la paz, Dios es amor
En el nombre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
SALUDO
Que la presencia salvadora de Jesús resucitado, que vive entre nosotros, nos anime en este tiempo pascual y permanezca con ustedes.
Y con tu espíritu.
ACTO PENITENCIAL
En el día en que celebramos la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte, reconozcamos que estamos necesitados de la misericordia del Padre para morir al pecado y resucitar a la vida nueva.
(Silencio)
Tú que has destruido el pecado y la muerte con tu resurrección:
Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Tú que has renovado la creación entera con tu resurrección:
Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Tú que das la alegría a los vivos y la vida a los muertos con tu resurrección:
Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
Amén
GLORIA
Coro
Gloria, gloria, gloria
a Dios en el cielo y paz en la tierra
a los hombres que ama el Señor.
Gloria, gloria, gloria
a Dios en el cielo y paz en la tierra
a los hombres que ama el Señor.
Estrofa 1
Te alabamos, te bendecimos
te damos gracias, Padre de amor.
Coro
Gloria, gloria, gloria
a Dios en el cielo y paz en la tierra
a los hombres que ama el Señor.
Estrofa 2
Y con el Padre, y junto al Hijo
gloria al Espíritu fuente de paz.
Coro
Gloria, gloria, gloria
a Dios en el cielo y paz en la tierra
a los hombres que ama el Señor.
Gloria, gloria, gloria
Gloria, gloria, gloria.
A Dios en el cielo y paz en la Tierra.
A los hombres que ama el Señor.
Te alabamos, te bendecimos.
Te damos gracias por tanto amor.
Gloria, gloria, gloria.
A Dios en el cielo y paz en la Tierra.
A los hombres que ama el Señor.
Y con el Padre, y junto al Hijo.
Con el Espíritu fuente de paz.
Gloria, gloria, gloria.
A Dios en el cielo y paz en la Tierra.
A los hombres que ama el Señor.
GLORIA 6/125
Hombres: Gloria a Dios en el cieloooo.
Mujeres: Gloria a Dios en el cielo.
Hombres: Y en la tierra a los hombres pazzz
Mujeres: Y en la tierra a los hombres paz.
Pazzz
Todos:
Te alabamos, te bendecimos,
te adoramos, te glorificamos.
Hombres: /Te damos gracias por tu inmensa gloriaaaaa.
Mujeres: Te damos gracias por tu inmensa gloria.
Hombres: Señor Dios, Rey celestialllll
Mujeres: Señor Dios, Rey celestial.
allll
Todos:
Dios Padre todopoderoso, Señor Hijo único, Jesucristo
Señor, Dios, Cordero de Dios; Hijo del Padre.
Tú que quitas el pecado del mundo
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo
atiende a nuestras suplicas;
tú que estas a la derecha del Padre;
ten piedad de nosotros.
Porque solamente Tú eres Santo,
Solo tú altisimo Jesucristo
con el Espíritu Santo en la Gloria del Padre.
Hombres: Gloria a Dios en el cieloooooo
Mujeres: Gloria a Dios en el cielo.
Hombres: Y en la tierra a los hombres pazzzz
Mujeres: Y en la tierra a los hombres paz.
Ahhh ahhhh men
ORACIÓN COLECTA
Dios de eterna misericordia, que reanimas la fe de este pueblo a ti consagrado con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros los dones de tu gracia, para que todos comprendamos mejor la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos ha regenerado y el precio de la Sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén
Tomen asiento daremos inicio a la:
LITURGIA DE LA PALABRA
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA
San Lucas nos presenta una comunidad unida, dinámica y de "puertas abiertas". La alegría que viven es manifestación de la presencia de Cristo resucitado, fuerza para ser una comunidad nueva. Escuchemos.
PRIMERA LECTURA
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 5, 12-16
En aquellos días, los apóstoles realizaban muchos signos y prodigios en medio del pueblo. Todos los creyentes solían reunirse, por común acuerdo, en el pórtico de Salomón. Los demás no se atrevían a juntárseles, aunque la gente los tenía en gran estima.
El número de hombres y mujeres que creían en el Señor iba creciendo de día en día, hasta el punto de que tenían que sacar en literas y camillas a los enfermos y ponerlos en las plazas, para que, cuando Pedro pasara, al menos su sombra cayera sobre alguno de ellos.
Mucha gente de los alrededores acudía a Jerusalén y llevaba a los enfermos y a los atormentados por espíritus malignos, y todos quedaban curados.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor.
MONICIÓN AL SALMO
Con el salmo 117 escuchemos al Señor, dirigidos por el Salmista.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 117
La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
Diga la casa de Israel:
"Su misericordia es eterna".
Diga la casa de Aarón:
"Su misericordia es eterna".
Digan los que temen al Señor:
"Su misericordia es eterna".
La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es nuestro orgullo.
No moriré, continuaré viviendo
para contar lo que el Señor ha hecho.
Me castigó, me castigó el Señor;
pero no me abandonó a la muerte.
La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
La piedra que desecharon los constructores,
es ahora la piedra angular.
Esto es obra de la mano del Señor,
es un milagro patente.
Este es el día del triunfo del Señor,
día de júbilo y de gozo.
La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA
Juan contempla un personaje vivo que lleva vestiduras blancas, signo de Cristo resucitado. El vidente adora a Jesucristo, quien lo conforta y le dice, "no temas... estuve muerto pero ahora soy el que vive". Escuchemos.
SEGUNDA LECTURA
Del libro del Apocalipsis 1, 9-11. 12 13.17-19
Yo, Juan, hermano y compañero de ustedes en la tribulación, en el Reino y en la perseverancia en Jesús, estaba desterrado en la isla de Patmos, por haber predicado la palabra de Dios y haber dado testimonio de Jesús. Un domingo caí en éxtasis y oí a mis espaldas una voz potente, como de trompeta, que decía: “Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete comunidades cristianas de Asia". Me volví para ver quién me hablaba, y al volverme, vi siete lámparas de oro, y en medio de ellas, un hombre vestido de larga túnica, ceñida a la altura del pecho, con una franja de oro.
Al contemplarlo, caí a sus pies como muerto; pero él, poniendo sobre mí la mano derecha, me dijo: “No temas. Yo soy el primero y el último; yo soy el que vive. Estuve muerto y ahora, como ves, estoy vivo por los siglos de los siglos. Yo tengo las llaves de la muerte y del más allá. Escribe lo que has visto, tanto sobre las cosas que están sucediendo, como sobre las que sucederán después”.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor.
MONICIÓN AL EVANGELIO
El encuentro de Jesús con sus discípulos nos reporta algunos frutos de la Pascua, el don del Espíritu Santo, la paz y el perdón de los pecados; sin olvidar el proceso de fe que tiene el incrédulo Tomás. Escuchemos.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 1, 41. 17
Aleluya, Aleluya
Coro
Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya,
aleluya, aleluya, el Señor resucitó.
Estrofa 1
El Señor resucitó,
cantemos con alegría
demos gracias al Señor,
aleluya.
Coro
Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya,
aleluya, aleluya, el Señor resucitó.
Tomás, tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor.
Aleluya, Aleluya
EVANGELIO
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Del santo Evangelio según san Juan 20, 19-31
Gloria a ti, Señor.
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría.
De nuevo les dijo Jesús: "La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo". Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: "Reciban al Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar".
Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: "Hemos visto al Señor". Pero él les contestó: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré".
Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Luego le dijo a Tomás: "Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree". Tomás le respondió: "¡Señor mío y Dios mío!" Jesús añadió: "Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto".
Otras muchas señales milagrosas hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero no están escritas en este libro. Se escribieron éstas para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Tomen asiento
HOMILÍA
Nuevo inicio
Aterrados por la ejecución de Jesús, los discípulos se refugian en una casa conocida. De nuevo están reunidos, pero ya no está Jesús con ellos. En la comunidad hay un vacío que nadie puede llenar. Les falta Jesús. No pueden escuchar sus palabras llenas de fuego. No pueden verlo bendiciendo con ternura a los desgraciados. ¿A quién seguirán ahora?
Está anocheciendo en Jerusalén y también en su corazón. Nadie los puede consolar de su tristeza. Poco a poco, el miedo se va apoderando de todos, pero no le tienen a Jesús para que fortalezca su ánimo. Lo único que les da cierta seguridad es «cerrar las puertas». Ya nadie piensa en salir por los caminos a anunciar el reino de Dios y curar la vida. Sin Jesús, ¿cómo van a contagiar su Buena Noticia?
El evangelista Juan describe de manera insuperable la transformación que se produce en los discípulos cuando Jesús, lleno de vida, se hace presente en medio de ellos. El Resucitado está de nuevo en el centro de su comunidad de seguidores. Así ha de ser para siempre. Con él todo es posible: liberarse del miedo, abrir las puertas y poner en marcha la evangelización.
Según el relato, lo primero que infunde Jesús a su comunidad es su paz. Ningún reproche por haberlo abandonado, ninguna queja ni reprobación. Sólo paz y alegría. Los discípulos sienten su aliento creador. Todo comienza de nuevo. Impulsados por su Espíritu, seguirán colaborando a lo largo de los siglos en el mismo proyecto salvador que el Padre encomendó a Jesús.
Lo que necesita hoy la Iglesia no es sólo reformas religiosas y llamadas a la comunión. Necesitamos experimentar en nuestras comunidades un "nuevo inicio" a partir de la presencia viva de Jesús en medio de nosotros. Sólo él ha de ocupar el centro de la Iglesia. Sólo él puede impulsar la comunión. Sólo él puede renovar nuestros corazones.
No bastan nuestros esfuerzos y trabajos. Es Jesús quien puede desencadenar el cambio de horizonte, la liberación del miedo y los recelos, el clima nuevo de paz y serenidad que tanto necesitamos para abrir las puertas y ser capaces de compartir el Evangelio con los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
Pero hemos de aprender a acoger con fe su presencia en medio de nosotros. Cuando Jesús vuelve a presentarse a los ocho días, el narrador nos dice que todavía las puertas siguen cerradas. No es sólo Tomás quien ha de aprender a creer con confianza en el Resucitado. También los demás discípulos han de ir superando poco a poco las dudas y miedos que todavía les hacen vivir con las puertas cerradas a la evangelización.
Nos ponemos de pie
CREDO NICENO - CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un solo Dios,
Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día,
según las Escrituras, y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una,
santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo Bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo
su único Hijo Nuestro Señor,
que fue concebido por obra
y gracia del Espíritu Santo.
Nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado
a la derecha de Dios Padre, todopoderoso,
desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la Santa Iglesia católica
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén
¿Creen ustedes en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?
Sí, creo
¿Creen en Jesucristo, su Hijo único y Señor nuestro, que nació de la Virgen María, padeció y murió por nosotros, resucitó y está sentado a la derecha del Padre?
Sí, creo
¿Creen en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna?
Sí, creo
Esta es nuestra fe, esta es la fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Cristo nuestro Señor.
Amén
ORACIÓN UNIVERSAL
Hermanos, nosotros que nos confesamos creyentes vivimos, a veces, como los discípulos: con las puertas cerradas, llenos de miedo, sometidos a normas y estructuras. Oremos a una voz:
Queremos una vida más humana, más plena y feliz.
Queremos una vida más humana, más plena y feliz.
• Que la Iglesia sea proclamación y anuncio del Resucitado como Alguien vivo, capaz de liberarnos del desencanto y de descubrirnos el camino de la paz. Oremos.
Queremos una vida más humana, más plena y feliz.
• Que nuestras comunidades parroquiales y religiosas abran ventanas y puertas para que el Espíritu del Resucitado lo renueve todo y así contagien esperanza, alegría y vida. Oremos.
Queremos una vida más humana, más plena y feliz.
• Que todos nosotros y nosotras seamos cauces de armonía, paz y vida, que nuestra presencia aúne, vincule, pacifique, reconcilie, cure, restaure, libere, alegre, ame… Oremos.
Queremos una vida más humana, más plena y feliz.
• Que seamos conscientes que hoy la resurrección se hace presente, se vive y se reconoce donde se lucha por la vida y se combate contra todo lo que deshumaniza y mata. Oremos.
Queremos una vida más humana, más plena y feliz.
• Que superemos nuestra fe, a veces, demasiado convencional y vacía, mera costumbre religiosa sin vida; que renovemos nuestro compromiso con toda la humanidad y seamos semilla fecunda de un mundo más justo y en paz. Oremos.
Queremos una vida más humana, más plena y feliz.
Padre bueno, que el encuentro con el Resucitado nos reanime, nos llene de alegría y paz verdadera; que ofrezcamos a los hermanos horizonte, sentido y vida. Oremos.
Queremos una vida más humana, más plena y feliz.
Llenos de gozo por la santa resurrección del Señor, purificados nuestros sentimientos y renovado nuestro espíritu, supliquemos con insistencia a Jesús resucitado. Después de cada petición diremos:
Jesús resucitado, escúchanos.
Jesús resucitado, escúchanos.
1. A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha vencido la muerte y ha destruido el pecado, pidámosle que todos los cristianos sean siempre fieles a las promesas del Bautismo que renovaron en la noche santa de Pascua. Oremos.
Jesús resucitado, escúchanos.
2. A Cristo, que con su santa resurrección ha hecho de los pastores de la Iglesia, los fieles testigos, supliquémosle que el Espíritu Santo ilumine y acompañe a los obispos mexicanos, reunidos esta semana en asamblea. Oremos.
Jesús resucitado, escúchanos.
3. A Cristo, que, con su santa resurrección, ha otorgado el perdón y la paz a los pecadores, supliquémosle que quienes han regresado al camino de la vida conserven íntegramente los dones que la misericordia del Padre les ha restituido. Oremos.
Jesús resucitado, escúchanos.
4. A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha dado al mundo la vida verdadera y ha renovado toda la creación, pidámosle por los que, por no creer en su triunfo, viven sin esperanza. Oremos.
Jesús resucitado, escúchanos.
5. A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, anunció la alegría a las mujeres, y por medio de las mujeres a los apóstoles, y por medio de los apóstoles al mundo entero, pidámosle por los que nos hemos reunido para celebrar su triunfo. Oremos.
Jesús resucitado, escúchanos.
Señor, Dios nuestro, escucha nuestra oración y acrecienta en nosotros la fe pascual, para que, creyendo en tu Hijo, sin haberlo visto, consigamos, como meta de nuestra fe, la salvación de nuestras almas. Por Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
ORACION POR LAS VOCACIONES
Oh, Jesús,
Pastor eterno de las almas,
dígnate mirar
con ojos de misericordia
a esta porción de tu grey amada.
Señor, gemimos en la orfandad,
danos vocaciones,
danos sacerdotes y religiosos santos.
Te lo pedimos por la Inmaculada
Virgen María de Guadalupe,
tu dulce y Santa Madre.
Oh Jesús, danos sacerdotes y religiosos
según tu corazón. Amén.
Pueden sentarse, ahora iniciamos la:
LITURGIA EUCARÍSTICA
MONICIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Los dones del pan y del vino son signos de la Pascua victoriosa de Cristo. Ellos serán muy pronto el Cuerpo y la Sangre del Señor, Entregados como memorial del sacrificio que nos libera de nuestras dudas y temores.
CANTO DE OFRENDAS
Estrofa 1
Con nuestras manos ya cansadas,
y nuestros pies de tanto andar
venimos hoy a presentar, oh Señor,
ante tu altar.
Coro
Y así con el vino y con el pan,
nuestras vidas puedas cambiar.
Y así con el vino y con el pan,
Cristos nuevos seamos para la humanidad.
Estrofa 2
Es nuestra ofrenda nuestro canto,
una oración universal
que te queremos ofrecer, oh Señor,
para que nos puedas perdonar.
Coro
Y así con el vino y con el pan,
nuestras vidas puedas cambiar.
Y así con el vino y con el pan,
Cristos nuevos seamos para la humanidad.
RECIBE NUESTRA OFRENDA
Hoy con la fe puesta en ti
Te entrego lo que soy
Y la esperanza que tengo en ti
Para que sean por tu infinito amor
Y puedas transformar
Mi vida en tu voluntad
Recibe nuestra ofrenda en tu altar señor
Es el fruto de mi trabajo y es para ti ( para ti)
Para que por tu amor transformes este pan y este vino
En el cuerpo y la sangre de tu hijo Jesús (de Jesús)
Recibe nuestra ofrenda en tu altar señor
Es el fruto de mi trabajo y es para ti ( para ti)
Para que por tu amor transformes este pan y este vino
En el cuerpo y la sangre de tu hijo Jesús (de Jesús)
Hoy con la fe puesta en ti
Te entrego lo que soy
Y la esperanza que tengo en ti
Para que sean por tu infinito amor
Y puedas transformar
Mi vida en tu voluntad
Recibe nuestra ofrenda en tu altar señor
Es el fruto de mi trabajo y es para ti ( para ti)
Para que por tu amor transformes este pan y este vino
En el cuerpo y la sangre de tu hijo Jesús (de Jesús)
SABER QUE VENDRAS 6/95
En este mundo que Cristo nos da,
hacemos la ofrenda del pan.
El pan de nuestro trabajo sin fin,
el vino de nuestro cantar
Traigo ante ti nuestra justa inquietud
"Amar la justicia y la paz".
SABER QUE VENDRÁS, SABER QUE ESTARÁS
PARTIENDO A LOS POBRES TU PAN, 2 Veces
La sed de todos los hombres sin luz
la pena y el triste llorar
el odio de los que mueren sin fe
cansados de tanto luchar.
En la patena de nuestra oblación
acepta la vida Señor.
SABER QUE VENDRÁS, SABER QUE ESTARÁS
PARTIENDO A LOS POBRES TU PAN, 2 Veces
En este mundo que Cristo nos da,
hacemos la ofrenda del pan;
el pan de nuestro trabajo sin fin
y el vino de nuestro cantar.
Traigo ante ti nuestra justa inquietud,
amar la justicia y la paz.
Saber que vendras saber que estaras,
partiendo a los pobres tu pan.
La sed de todos los hombres sin luz,
la pena y el triste llorar,
el odio de los que mueren sin fe,
cansados de tanto luchar
En la patena de nuestra oblación
acepta la vida Señor.
Saber que vendras saber que estaras,
partiendo a los pobres tu pan.
Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida.
Por el misterio de esta agua y este vino, haz que compartamos la divinidad de quien se ha dignado participar de nuestra humanidad.
Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; Él será para nosotros bebida de salvación.
Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.
Lava del todo mi delito. Señor, y limpia mi pecado.
De pie
Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.
El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo, para que, renovados por la confesión de tu nombre y por el bautismo, consigamos la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios
Es justo y necesario
PLEGARIA EUCARÍSTICA
PLEGARIA EUCARÍSTICA: Fe y confianza
Nos sale del corazón bendecir tu nombre, Padre santo, y mostrarte nuestro sincero agradecimiento. Aunque apenas somos capaces de vislumbrar tu sombra, te sentimos como un Dios cercano, bueno y comprensivo. Muchos de nosotros te hemos respetado desde la infancia pero queremos que esta fe en Ti crezca y madure y nos siga acompañando de por vida.
Confesamos que eres el Dios bueno de toda la humanidad, el Padre de todos los humanos, creyentes y no creyentes. Quieres a todos tus hijos de la misma manera y no guardas preferencia con ninguna religión ni cultura.
Con humildad unimos nuestras voces a las de tus coros celestiales y a todos los hermanos para entonar en tu honor este canto de alabanza.
SANTO
Estrofa 1
Santo es el Señor mi Dios,
digno de alabanza,
a Él, el poder, el honor y la gloria.
Santo es el Señor mi Dios,
digno de alabanza,
a Él, el poder, el honor y la gloria.
Coro
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Estrofa 2
Bendito el que viene
en el nombre del Señor,
con todos sus santos
cantamos para Él.
Bendito el que viene en
el nombre del Señor,
con todos sus santos
cantamos para Él.
Coro
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Santo-o-o-o-o-o, Santo, hosa – a – na
Hosana eh, hosaha eh, hosaha a Cristo el Señor
Los cielos y la tierra, ¡oh Señor! están llenos de tí
Hosana eh, hosaha eh, hosaha a Cristo el Señor
Bendito es aquel que viene en tu nombre Señor.
Hosana eh, hosaha eh, hosaha a Cristo el Señor
Santo 2/17
Santo, Santo en el cielo Santo es el Señor Santo, Santo en el cielo Santo es el Señor
Hosana en el cielo hosana al señor
bendito el que viene en nombre del Señor
Gloria a Dios en el Cielo
Gloria a Dios en la tierra
paz y amor a los hombre
gloria, gloria a Dios
Realmente es justo que te demos gracias, Padre santo, porque has dejado tu huella en la persona de Jesús y, a través de su vida, te has revelado a la humanidad.
Hemos oído su voz, que nos llega como eco de tu palabra, y nos hemos sentido llamados a seguir sus pasos. Nos ha mostrado el camino para ser plenamente humanos. y nos ha dicho que la única forma de agradecerte tu amor es preocupándonos y ocupándonos de los más pobres, que no podemos quererte sino sirviendo a los hermanos, que es inútil decirte 'Señor, Señor', sin perdonarnos antes.
Confiamos en la palabra de Jesús, Guiados por el Espíritu Santo, creemos en su mensaje, esa es nuestra fe, nuestra vocación de seguidores suyos. Jesús ha recorrido ya el camino, ha ido en primera línea, y nos ha hecho partícipes de su personal experiencia.
Por eso Padre, te suplicamos que santifiques por el mismo Espíritu estos dones que hemos separado para ti, de manera que se conviertan en el Cuerpo y † la Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que nos mandó celebrar estos misterios.
Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado, y, mientras cenaba con sus discípulos, tomó pan, y dando gracias te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes.
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, dando gracias te bendijo, y lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados.
Hagan esto en conmemoración mía.
Éste es el Misterio de la fe. Cristo nos redimió.
Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte. Señor, hasta que vuelvas.
Infúndenos, Padre bueno, tu Espíritu para que nos transforme por dentro y nos revolucione y seamos consecuentes con la fe que te profesamos.
Gracias por inspirarnos confianza y esperanza en Ti. Nos sentimos verdaderamente afortunados de formar parte de los seguidores de Jesús, con su madre, la Virgen María, su esposo San José, los apóstoles y todos los santos y mártires quienes lo han seguido a través de los tiempos.
Pero sabemos, Padre Dios, que nos toca imitarle y poner al servicio de los demás todo lo que somos. Deseamos que la iglesia que formamos todos los cristianos ahora con sede vacante, con los Obispos de mundo entero, con nuestro Obispo Carlos, sus Obispos auxiliares, presbíteros y diáconos, sea la primera en irradiar el estilo de vida de Jesús y demos ejemplo de austeridad y entrega ante el mundo. Ayúdanos a ser testigos del amor que nos tienes.
Acuérdate, Padre, de todos nuestros hermanos difuntos, acógelos en la paz de tu regazo. Como Jesús nos enseñó, unidos estrechamente a él y con la fuerza de tu Espíritu, queremos invocar tu nombre santo y rendirte un sincero homenaje ahora y siempre.
Prefacio I de Pascua:
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque Él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo: muriendo destruyó nuestra muerte, y resucitando restauró nuestra vida.
Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero está llamado a la alegría junto con los ángeles y los arcángeles que cantan un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
Prefacio II de Pascua:
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Por Él, los hijos de la luz nacen a la Vida eterna, y se abren para los creyentes las puertas del reino de los cielos, porque en la muerte de Cristo nuestra muerte ha sido vencida, y en su Resurrección todos hemos resucitado a la Vida.
Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero está llamado a la alegría junto con los ángeles y los arcángeles que cantan un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
Prefacio III de Pascua:
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Él sigue ofreciéndose por nosotros e intercede constantemente en nuestro favor; inmolado ya no muere más, muerto vive para siempre.
Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero está llamado a la alegría junto con los ángeles y los arcángeles que cantan un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
Prefacio IV de Pascua:
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque con la destrucción del pecado son renovadas todas las cosas, y queda restaurada en Cristo la plenitud de nuestra vida.
Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero está llamado a la alegría junto con los ángeles y los arcángeles que cantan un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
Prefacio V de Pascua:
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Por la ofrenda de su Cuerpo realizada en la cruz, él llevó a su plenitud los sacrificios de la antigua alianza y al entregarse a ti, Padre, para salvarnos, se hizo por nosotros sacerdote, altar y víctima.
Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero está llamado a la alegría junto con los ángeles y los arcángeles que cantan un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
Plegaria Eucaristica I: El misterio Pascual
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo; muriendo destruyó nuestra muerte, y resucitando restauró la vida.
Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
SANTO
Estrofa 1
Santo es el Señor mi Dios,
digno de alabanza,
a Él, el poder, el honor y la gloria.
Santo es el Señor mi Dios,
digno de alabanza,
a Él, el poder, el honor y la gloria.
Coro
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Estrofa 2
Bendito el que viene
en el nombre del Señor,
con todos sus santos
cantamos para Él.
Bendito el que viene en
el nombre del Señor,
con todos sus santos
cantamos para Él.
Coro
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Santo-o-o-o-o-o, Santo, hosa – a – na
Hosana eh, hosaha eh, hosaha a Cristo el Señor
Los cielos y la tierra, ¡oh Señor! están llenos de tí
Hosana eh, hosaha eh, hosaha a Cristo el Señor
Bendito es aquel que viene en tu nombre Señor.
Hosana eh, hosaha eh, hosaha a Cristo el Señor
Santo 2/17
Santo, Santo en el cielo Santo es el Señor Santo, Santo en el cielo Santo es el Señor
Hosana en el cielo hosana al señor
bendito el que viene en nombre del Señor
Gloria a Dios en el Cielo
Gloria a Dios en la tierra
paz y amor a los hombre
gloria, gloria a Dios
Padre misericordioso, te pedimos humildemente por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que aceptes y bendigas estos † dones, este sacrificio santo y puro que te ofrecemos, ante todo, por tu Iglesia santa y católica, para que le concedas la paz, la protejas, la congregues en la unidad y la gobiernes en el mundo entero, con tu servidor el Papa, con nuestro Obispo Carlos, y todos los demás Obispos que, fieles a la verdad, promueven la fe católica y apostólica.
[C1] Acuérdate, Señor, de tus hijos y de todos los aquí reunidos, cuya fe y entrega bien conoces; por ellos y todos los suyos, por el perdón de sus pecados y la salvación que esperan, te ofrecemos, y ellos mismos te ofrecen, este sacrificio de alabanza, a ti, eterno Dios, vivo y verdadero.
[C2] Reunidos en comunión con toda la Iglesia, veneramos la memoria, ante todo, de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor; la de su esposo, San José; la de los santos apóstoles y mártires Pedro y Pablo, Andrés, [Santiago y Juan, Tomás, Santiago y Felipe, Bartolomé, Mateo, Simón y Tadeo; Lino, Cleto, Clemente, Sixto, Cornelio, Cipriano, Lorenzo, Crisógono, Juan y Pablo, Cosme y Damián,] y la de todos los santos; por sus méritos y oraciones concédenos en todo tu protección.
Reunidos en comunión con toda la Iglesia para celebrar de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo según la carne, veneramos la memoria, ante todo, de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor.
[CP] Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda tu familia santa; ordena en tu paz nuestros días, líbranos de la condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos.
Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda tu familia santa, por aquellos que has hecho renacer del agua y del Espíritu Santo perdonándoles todos sus pecados ordena en tu paz nuestros días, líbranos de la condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos.
[CC] Bendice y santifica, oh Padre, esta ofrenda haciéndola perfecta, espiritual y digna de ti, de manera que sea para nosotros Cuerpo y Sangre de tu Hijo amado, Jesucristo, nuestro Señor.
El cual, la víspera de su Pasión, tomó pan en sus santas y venerables manos, y elevando los ojos al cielo, hacia ti, Dios Padre suyo todopoderoso, dando gracias te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:
Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes.
Del mismo modo, acabada la cena, tomó este cáliz glorioso en sus santas y venerables manos; dando gracias te bendijo, y lo dio a sus discípulos diciendo:
Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados.
Hagan esto en conmemoración mía.
Éste es el Misterio de la fe.
Anunciamos tu muerte proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
Por eso, Padre, nosotros, tus siervos, y todo tu pueblo santo, al celebrar este memorial de la muerte gloriosa de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor; de su santa resurrección del lugar de los muertos y de su admirable ascensión a los cielos, te ofrecemos, Dios de gloria y majestad, de los mismos bienes que nos has dado, el sacrificio puro, inmaculado y santo; pan de vida eterna y cáliz de eterna salvación.
Mira con ojos de bondad esta ofrenda y acéptala, como aceptaste los dones del justo Abel, el sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe, y la oblación pura de tu sumo sacerdote Melquisedec.
Te pedimos humildemente, Dios todopoderoso, que esta ofrenda sea llevada a tu presencia, hasta el altar del cielo, por manos tu ángel, para que cuantos recibimos el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, al participar aquí de este altar, seamos colmados de gracia y bendición.
Acuérdate también, Señor, de tus hijos que nos han precedido con el signo de la fe y duermen ya el sueño de la paz. A ellos, Señor, y a cuantos descansan en Cristo, concédeles el lugar del consuelo, de la luz y de la paz.
Y a nosotros, pecadores, siervos tuyos, que confiamos en tu infinita misericordia, admítenos en la asamblea de los santos apóstoles y mártires Juan el Bautista, Esteban, Matías y Bernabé, [Ignacio, Alejandro, Marcelino y Pedro, Felicidad y Perpetua, Águeda, Lucía, Inés, Cecilia y Anastasia] y de todos los santos; y acéptanos en su compañía, no por nuestros méritos, sino conforme a tu bondad. Por Cristo, Señor nuestro, por quien sigues creando todos los bienes, los santificas, los llenas de vida, los bendices y los repartes entre nosotros.
Plegaria Eucaristica II
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado.
Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor.
Él, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección, extendió sus brazos en la cruz, y así adquirió para ti un pueblo santo.
Por eso, con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria, cantando sin cesar:
SANTO
Estrofa 1
Santo es el Señor mi Dios,
digno de alabanza,
a Él, el poder, el honor y la gloria.
Santo es el Señor mi Dios,
digno de alabanza,
a Él, el poder, el honor y la gloria.
Coro
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Estrofa 2
Bendito el que viene
en el nombre del Señor,
con todos sus santos
cantamos para Él.
Bendito el que viene en
el nombre del Señor,
con todos sus santos
cantamos para Él.
Coro
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Santo-o-o-o-o-o, Santo, hosa – a – na
Hosana eh, hosaha eh, hosaha a Cristo el Señor
Los cielos y la tierra, ¡oh Señor! están llenos de tí
Hosana eh, hosaha eh, hosaha a Cristo el Señor
Bendito es aquel que viene en tu nombre Señor.
Hosana eh, hosaha eh, hosaha a Cristo el Señor
Santo 2/17
Santo, Santo en el cielo Santo es el Señor Santo, Santo en el cielo Santo es el Señor
Hosana en el cielo hosana al señor
bendito el que viene en nombre del Señor
Gloria a Dios en el Cielo
Gloria a Dios en la tierra
paz y amor a los hombre
gloria, gloria a Dios
Santo eres en verdad, Padre, fuente de toda santidad; por eso te suplicamos, que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que sean para nosotros Cuerpo y † Sangre de Jesucristo, Señor nuestro.
Porque Él mismo, la noche en que iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada, tomó pan, dándote gracias, lo partió y se lo dio, diciendo:
Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes.
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, te dio gracias con la plegaria de bendición y lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados.
Hagan esto en conmemoración mía.
Este es el Sacramento de nuestra fe.
Anunciamos tu muerte proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
[CC] Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos el Pan de Vida y el Cáliz de Salvación, y te damos gracias porque nos haces dignos de servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos del Cuerpo y Sangre de Cristo.
[C1] Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra; y reunida aquí en el domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su vida inmortal; y con el Papa, con nuestro Obispo Carlos y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, llévala a su perfección por la caridad.
[C2] Acuérdate también, de nuestros hermanos que murieron en la paz de Cristo, y de todos los difuntos, cuya fe sólo tú conociste: que contemplando la luz de tu rostro, estén participando en la gloriosa comunión de los santos. Ten misericordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen Madre de Dios, los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas.
Plegaria Eucaristica III
SANTO
Estrofa 1
Santo es el Señor mi Dios,
digno de alabanza,
a Él, el poder, el honor y la gloria.
Santo es el Señor mi Dios,
digno de alabanza,
a Él, el poder, el honor y la gloria.
Coro
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Estrofa 2
Bendito el que viene
en el nombre del Señor,
con todos sus santos
cantamos para Él.
Bendito el que viene en
el nombre del Señor,
con todos sus santos
cantamos para Él.
Coro
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Santo-o-o-o-o-o, Santo, hosa – a – na
Hosana eh, hosaha eh, hosaha a Cristo el Señor
Los cielos y la tierra, ¡oh Señor! están llenos de tí
Hosana eh, hosaha eh, hosaha a Cristo el Señor
Bendito es aquel que viene en tu nombre Señor.
Hosana eh, hosaha eh, hosaha a Cristo el Señor
Santo 2/17
Santo, Santo en el cielo Santo es el Señor Santo, Santo en el cielo Santo es el Señor
Hosana en el cielo hosana al señor
bendito el que viene en nombre del Señor
Gloria a Dios en el Cielo
Gloria a Dios en la tierra
paz y amor a los hombre
gloria, gloria a Dios
[CP] Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas tus criaturas, ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas todo, y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso.
[CC] Por eso, Padre, te suplicamos que santifiques por el mismo Espíritu estos dones que hemos separado para ti, de manera que se conviertan en el Cuerpo y † la Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que nos mandó celebrar estos misterios.
Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan, y dando gracias te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes.
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, te dio gracias con la plegaria de bendición y lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados.
Hagan esto en conmemoración mía.
Este es el Sacramento de nuestra fe.
Anunciamos tu muerte proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
[CC] Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión salvadora de tu Hijo, de su admirable resurrección y ascensión al cielo, mientras esperamos su venida gloriosa, te ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo.
Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia, y reconoce en ella la Víctima por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad, para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.
[C1] Que él nos transforme en ofrenda permanente, para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos: con María, la Virgen Madre de Dios,
su esposo san José, los apóstoles y los mártires, san Vicente Ferrer, y todos los santos, por cuya intercesión confiamos obtener siempre tu ayuda.
[C2] Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación traiga la paz y la salvación al mundo entero. Confirma en la fe y en la caridad a tu Iglesia, peregrina en la tierra: a tu servidor, el Papa, a nuestro Obispo Carlos, al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos, y a todo el pueblo redimido por ti. Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia.
Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el mundo. A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria, por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes.
Plegaria Eucaristica IV
[CC] En verdad es justo darte gracias, y deber nuestro glorificarte, Padre santo, porque tú eres el único Dios vivo y verdadero que existes desde siempre y vives para siempre; luz sobre toda luz. Porque tú solo eres bueno y la fuente de la vida, hiciste todas las cosas para colmarlas de tus bendiciones y alegrar su multitud con la claridad de tu gloria.
Por eso, innumerables ángeles en tu presencia, contemplando la gloria de tu rostro, te sirven siempre y te glorifican sin cesar.
Y con ellos también nosotros, llenos de alegría, y por nuestra voz las demás criaturas, aclamamos tu nombre cantando:
SANTO
Estrofa 1
Santo es el Señor mi Dios,
digno de alabanza,
a Él, el poder, el honor y la gloria.
Santo es el Señor mi Dios,
digno de alabanza,
a Él, el poder, el honor y la gloria.
Coro
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Estrofa 2
Bendito el que viene
en el nombre del Señor,
con todos sus santos
cantamos para Él.
Bendito el que viene en
el nombre del Señor,
con todos sus santos
cantamos para Él.
Coro
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Santo-o-o-o-o-o, Santo, hosa – a – na
Hosana eh, hosaha eh, hosaha a Cristo el Señor
Los cielos y la tierra, ¡oh Señor! están llenos de tí
Hosana eh, hosaha eh, hosaha a Cristo el Señor
Bendito es aquel que viene en tu nombre Señor.
Hosana eh, hosaha eh, hosaha a Cristo el Señor
Santo 2/17
Santo, Santo en el cielo Santo es el Señor Santo, Santo en el cielo Santo es el Señor
Hosana en el cielo hosana al señor
bendito el que viene en nombre del Señor
Gloria a Dios en el Cielo
Gloria a Dios en la tierra
paz y amor a los hombre
gloria, gloria a Dios
[CP] Te alabamos, Padre santo, porque eres grande y porque hiciste todas las cosas con sabiduría y amor. A imagen tuya creaste al hombre y le encomendaste el universo entero, para que, sirviéndote sólo a ti, su Creador, dominara todo lo creado. Y cuando por desobediencia perdió tu amistad, no lo abandonaste al poder de la muerte, sino que, compadecido, tendiste la mano a todos, para que te encuentre el que te busca. Reiteraste, además, tu alianza a los hombres; por los profetas los fuiste llevando con la esperanza de salvación.
Y tanto amaste al mundo, Padre santo, que, al cumplirse la plenitud de los tiempos, nos enviaste como salvador a tu único Hijo. Él se encarnó por obra del Espíritu Santo, nació de María, la Virgen, y así compartió en todo nuestra condición humana menos en el pecado; anunció la salvación a los pobres, la liberación a los oprimidos y a los afligidos el consuelo. Para cumplir tus designios, él mismo se entregó a la muerte, y, resucitando, destruyó la muerte y nos dio nueva vida.
Y a fin de que no vivamos ya para nosotros mismos, sino para él, que por nosotros murió y resucitó, envió, Padre, al Espíritu Santo como primicia para los creyentes, a fin de santificar todas las cosas, llevando a plenitud su obra en el mundo.
[CC] Por eso, Padre, te rogamos que este mismo Espíritu santifique estas ofrendas, para que se conviertan en el Cuerpo y † la Sangre de Jesucristo, nuestro Señor, y así celebremos el gran misterio que nos dejó como alianza eterna.
Porque él mismo, llegada la hora en que había de ser glorificado por ti, Padre santo, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Y, mientras cenaba con sus discípulos, tomó pan, te bendijo, lo partió y se lo dio, diciendo:
Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes.
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, te dio gracias con la plegaria de bendición y lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados.
Hagan esto en conmemoración mía.
Este es el Sacramento de nuestra fe.
Anunciamos tu muerte proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
[CC] Por eso, Padre, al celebrar ahora el memorial de nuestra redención, recordamos la muerte de Cristo y su descenso al lugar de los muertos, proclamamos su resurrección y ascensión a tu derecha; y, mientras esperamos su venida gloriosa, te ofrecemos su Cuerpo y su Sangre, sacrificio agradable a ti y salvación para todo el mundo.
Dirige tu mirada sobre esta Víctima que tú mismo has preparado a tu Iglesia, y concede a cuantos compartimos este pan y este cáliz, que, congregados en un solo cuerpo por el Espíritu Santo, seamos en Cristo víctima viva para alabanza de tu gloria.
[C1] Y ahora, Señor, acuérdate de todos aquellos por quienes te ofrecemos este sacrificio: de tu servidor el Papa, de nuestro Obispo Carlos, del orden episcopal y de los presbíteros y diáconos, de los oferentes y de los aquí reunidos.
[C2] Acuérdate también de los que murieron en la paz de Cristo y de todos los difuntos, cuya fe sólo tú conociste.
Padre de bondad, que todos tus hijos nos reunamos en tu reino, con María, la Virgen Madre de Dios, con su esposo san José, con los apóstoles y los santos; y allí, junto con toda la creación libre ya del pecado y de la muerte, te glorifiquemos por Cristo, Señor nuestro. por quien concedes al mundo todos los bienes.
Plegaria Eucaristica V/a: Dios guía a su Iglesia
[CC] Te damos gracias, Señor y Padre nuestro, te bendecimos y te glorificamos, porque has creado todas las cosas y nos has llamado a la vida.
Tú nunca nos dejas solos, te manifiestas vivo y presente en medio de nosotros.
Ya en tiempos antiguos guiaste a Israel, tu pueblo, con mano poderosa y brazo extendido, a través de un inmenso desierto.
Hoy acompañas a tu Iglesia peregrina, dándole la fuerza de tu Espíritu.
Por medio de tu Hijo nos abres el camino de la vida, para que, a través de este mundo, lleguemos al gozo perfecto de tu reino.
Por eso, con los ángeles y los santos, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
SANTO
Estrofa 1
Santo es el Señor mi Dios,
digno de alabanza,
a Él, el poder, el honor y la gloria.
Santo es el Señor mi Dios,
digno de alabanza,
a Él, el poder, el honor y la gloria.
Coro
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Estrofa 2
Bendito el que viene
en el nombre del Señor,
con todos sus santos
cantamos para Él.
Bendito el que viene en
el nombre del Señor,
con todos sus santos
cantamos para Él.
Coro
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Hosanna, Hosanna,
Hosanna, oh Señor.
Santo-o-o-o-o-o, Santo, hosa – a – na
Hosana eh, hosaha eh, hosaha a Cristo el Señor
Los cielos y la tierra, ¡oh Señor! están llenos de tí
Hosana eh, hosaha eh, hosaha a Cristo el Señor
Bendito es aquel que viene en tu nombre Señor.
Hosana eh, hosaha eh, hosaha a Cristo el Señor
Santo 2/17
Santo, Santo en el cielo Santo es el Señor Santo, Santo en el cielo Santo es el Señor
Hosana en el cielo hosana al señor
bendito el que viene en nombre del Señor
Gloria a Dios en el Cielo
Gloria a Dios en la tierra
paz y amor a los hombre
gloria, gloria a Dios
[CP] Te glorificamos, Padre Santo, porque estás siempre con nosotros en el camino de la vida, sobre todo cuando Cristo, tu Hijo, nos congrega para el banquete pascual de su amor.
Como hizo en otro tiempo con los discípulos de Emaús, él nos explica las Escrituras y parte para nosotros el pan.
[CC] Te rogamos, pues, Padre todopoderoso, que envíes tu Espíritu sobre este pan y este vino, de manera que sean para nosotros Cuerpo y † Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro.
Él mismo, la víspera de su Pasión, mientras estaba a la mesa con sus discípulos, tomó pan, te dio gracias, lo partió y se lo dio, diciendo:
Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes.
Del mismo modo, tomó el cáliz lleno de vino, te dio gracias con la plegaria de bendición y lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados.
Hagan esto en conmemoración mía.
Este es el Sacramento de nuestra fe.
Anunciamos tu muerte proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
[CC] Por eso, Padre de bondad, celebramos ahora el memorial de nuestra reconciliación, y proclamamos la obra de tu amor: Cristo, tu Hijo, a través del sufrimiento y de la muerte en Cruz, ha resucitado a la vida nueva y ha sido glorificado a tu derecha.
Dirige tu mirada, Padre santo, sobre esta ofrenda; es Jesucristo que se ofrece con su Cuerpo y con su Sangre y, por este sacrificio, nos abre el camino hacia ti. Señor, Padre de misericordia, derrama sobre nosotros el Espíritu del Amor, el Espíritu de tu Hijo.
Fortalécenos con este mismo Espíritu a todos los que hemos sido invitados a tu mesa, para que todos nosotros, pueblo de Dios, con nuestros pastores, el Papa, nuestro Obispo Carlos, con los presbíteros y los diáconos, caminemos alegres en la esperanza y firmes en la fe, y comuniquemos al mundo el gozo del Evangelio.
Acuérdate también, Padre, de nuestros hermanos que murieron en la paz de Cristo, y de todos los demás difuntos, cuya fe sólo tú conociste; admítelos a contemplar la luz de tu rostro y llévalos a la plenitud de la vida en la resurrección.
Y, cuando termine nuestra peregrinación por este mundo, recíbenos también a nosotros en tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria. En comunión con la Virgen María, Madre de Dios, los apóstoles y los mártires, San Vicente Ferrer y todos los santos, te invocamos, Padre, y te glorificamos, Por Cristo, Señor nuestro.
Plegaria Eucaristica V/b:
Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
RITO DE COMUNIÓN
Antes de participar en el banquete de la Eucaristía, signo de reconciliación y vínculo de unión fraterna, oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros
perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Líbranos de todos los males, Señor y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz les dejo, mi paz les doy", no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.
En el Espíritu de Cristo resucitado, dense fraternalmente la paz.
CORDERO
Estrofa 1
Cordero de Dios que quitas
el pecado del mundo.
ten piedad de nosotros
ten piedad de nosotros.
Estrofa 2
Cordero de Dios que quitas
el pecado del mundo.
ten piedad de nosotros
ten piedad de nosotros.
Estrofa 3
Cordero de Dios que quitas
el pecado del mundo.
danos la paz, danos la paz,
danos, danos, danos la paz,
danos, danos, danos la paz.
PAZ
Paz para mis hermanos, paz uniendo manos
Hoy te pedimos Señor, una gran comunión,
a una sola voz
Paz para mis hermanos, paz uniendo manos
Hoy te pedimos Señor, una gran comunión,
a una sola voz
CORDERO DE DIOS
Cordero de Dios
Que quitas el pecado del mundo (2)
Ten piedad, de nosotros ten piedad
Cordero de Dios
Que quitas el pecado del mundo (2)
Ten piedad, de nosotros ten piedad
Cordero de Dios
Que quitas el pecado del mundo (2)
Danos la paz, danos la paz.
CORDERO DE DIOS (2) latín 119/ 119
TU QUE QUITAS EL PECADO EL MUNDO
DE NOSOTROS TEN PIEDAD AHHH
2 VECES
COOORDERO DEE DIOS (2)
TU QUE QUITAS EL PECADO DEL MuNDO
DAANOS LA A PAZ
El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, unidos en este cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna.
Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo,diste con tu muerte la vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal.
Concédeme cumplir siempre tus mandamientos y jamás permitas que me separe de ti.
Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya bastará para sanarme.
MOTIVACIÓN A LA ANTÍFONA DE COMUNIÓN
Para compartir el pan con nuestros hermanos acerquémonos a comulgar, pero antes a una voz digamos la Antífona de la Comunión.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Jn 20, 27
Jesús dijo a Tomás: Acerca tu mano, toca los agujeros que dejaron los clavos y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya.
Pueden sentarse
CANTO DE COMUNIÓN
Coro
Es mi cuerpo, tomad y comed
es mi sangre, tomad y bebed
porque yo soy vida, yo soy amor
oh Señor, nos reuniremos en tu amor.
Estrofa 1
El Señor nos da su amor como nadie nos lo dio.
Él nos guía como estrella en la inmensa oscuridad
al partir juntos el pan él nos llena de su amor
pan de Dios, el pan comamos de amistad.
Coro
Es mi cuerpo, tomad y comed
es mi sangre, tomad y bebed
porque yo soy vida, yo soy amor
oh Señor, nos reuniremos en tu amor.
Estrofa 2
El Señor nos da su amor como nadie nos lo dio.
como todos sus amigos trabajaba en Nazaret,
carpintero se alegró, trabajando en su taller:
con sus manos Cristo obrero trabajó.
Coro
Es mi cuerpo, tomad y comed
es mi sangre, tomad y bebed
porque yo soy vida, yo soy amor
oh Señor, nos reuniremos en tu amor.
Estrofa 3
El Señor nos da su amor como nadie nos lo dio.
era tan grande y tan hondo que murió sobre una cruz
era tan fuerte su amor, que de la muerte triunfó
de la tumba sale libre y vencedor.
Coro
Es mi cuerpo, tomad y comed
es mi sangre, tomad y bebed
porque yo soy vida, yo soy amor
oh Señor, nos reuniremos en tu amor.
Estrofa 4
El Señor nos da su amor como nadie nos lo dio,
Él reúne a sus amigos en la mesa del amor.
en el mundo todos son carne y sangre del Señor
nada puede separarnos de su amor.
Coro
Es mi cuerpo, tomad y comed
es mi sangre, tomad y bebed
porque yo soy vida, yo soy amor
oh Señor, nos reuniremos en tu amor.
TRES COSAS
Tres cosas tiene el amor
tres cosas tiene el amor
que no se pueden olvidar
que no se pueden olvidar
que Dios nos amó primero (nos amó primero)
que hay que darse por entero (darse por entero)
y ponerse a caminar.(se repite 4 veces)
En medio de su pueblo
Jesús va caminando
en todos tus hermanos
hay señas de su paso
si escuchas el silencio
su amor está cantando.
Tres cosas tiene el amor
tres cosas tiene el amor
que no se pueden olvidar
que no se pueden olvidar
que Dios nos amó primero (nos amó primero)
que hay que darse por entero (darse por entero)
y ponerse a caminar.(se repite 4 veces)
Señor, Tú me has llamado
a ser tu peregrino
si un paso yo he entregado
tú cien haces conmigo
para anunciar tu nueva
la dicha de ser hijos.
Tres cosas tiene el amor
tres cosas tiene el amor
que no se pueden olvidar
que no se pueden olvidar
que Dios nos amó primero (nos amó primero)
que hay que darse por entero (darse por entero)
y ponerse a caminar.(se repite 4 veces)
Tu mano me conduce
de noche y de día
llevando tu Evangelio
me llenas de alegría
me alumbra tu Palabra
me sanas las heridas.
Tres cosas tiene el amor
tres cosas tiene el amor
que no se pueden olvidar
que no se pueden olvidar
que Dios nos amó primero (nos amó primero)
que hay que darse por entero (darse por entero)
y ponerse a caminar. (se repite 4 veces)
ALMA MISIONERA
Señor toma mi vida nueva
antes de que la espera
desgaste años en mi
estoy dispuesto a lo que quieras
no importa lo que sea
tu llámame a servir
Llévame donde los hombres
necesiten tus palabras
necesiten mis ganas de vivir
donde falte la esperanza,
donde falte la alegría
simplemente
por no saber de ti.
Te doy mi corazón sincero
para gritar sin miedo
tus grandezas Señor
En fe, mis manos sin cansancio
victoria entre mis labios
mi fuerza en la oración
Llévame....
Y así, en marcha iré cantando
por calles predicando
lo bello que es tu amor
Señor tengo alma misionera
condúceme a la tierra
que tenga sed de Dios
Llévame......
REFLEXIÓN
Después de haber recibido el Pan de Vida digamos juntos un fragmento de la siguiente oración.
NADIE TE VIO RESUCITAR
Nadie te vio resucitar,
ningún ojo humano te vio salir de la tumba,
pero todos te sabemos vivo,
en nuestros corazones, en nuestra fe.
La piedra fue removida,
el sepulcro quedó vacío,
y aunque nadie te vio,
tu espíritu sigue vivo.
En la oscuridad de la noche,
la luz de la esperanza brilla,
y aunque la muerte te quiso,
la vida te hizo vencedor.
Te descubrimos vivo en los pobres,
en los descartados, en los que sufren,
en los que no tienen voz,
en los que son olvidados.
En sus rostros vemos tu rostro,
en sus lágrimas vemos tu dolor,
y en su lucha por la justicia,
vemos tu corazón que late.
Y en los jóvenes, que con pasión y entusiasmo,
te buscan y te encuentran en la fe,
en su búsqueda de sentido y propósito,
les das la razón de ser.
Les inspiras a soñar con un mundo mejor,
a luchar por la justicia y la igualdad,
a vivir con autenticidad y valentía,
y a encontrar su lugar en el mundo.
Nadie te vio resucitar,
pero todos te sentimos cerca,
en la comunión, en la oración,
en el amor que nos une. Amén.
MONICIÓN A LA ORACIÓN
Después de haber comulgado, unámonos en oración por la misión parroquial.
ORACIÓN POR LA MISIÓN PARROQUIAL
Señor, que la misión
de la Parroquia San Vicente Ferrer
sea una manifestación de compasión y solidaridad hacia los pobres y necesitados,
acercándolos a la presencia amorosa de Dios. Que llegue a los corazones de los alejados, ofreciéndoles un camino
de retorno a la fe y la comunidad.
Que los jóvenes encuentren en esta misión
un espacio de crecimiento espiritual y personal, donde puedan descubrir su vocación
y comprometerse en la construcción
de un mundo mejor.
Que las familias sean fortalecidas en su unidad
y en su papel como cimientos de la sociedad, encontrando en la misión parroquial
un refugio de amor y apoyo en su camino de fe.
Encomendamos esta misión
al amor maternal de la Virgen María,
quien siempre intercede por nosotros
ante su Hijo, Jesús.
Que su ternura y guía nos acompañen
en cada paso de este camino.
Asimismo, confiamos en la intercesión
de San Vicente Ferrer,
patrón de nuestra parroquia,
para que su ejemplo de servicio y su devoción
nos inspiren a llevar a cabo
nuestra misión parroquial
con amor y entrega, para la gloria de Dios
y el bienestar de nuestra comunidad.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
AVISOS PARROQUIALES
El próximo viernes 02 de mayo tendremos a las 12 del día la Misa de Unción de Enfermos.
El próximo 04 de mayo es primer domingo de mes; los invitamos a traer alimentos no perecederos para las despensas de los más pobres.
El 1 de mayo la Parroquia permanecerá cerrada; no habrá servicios, por ser día feriado.
Semana del Buen Trato 2025

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De pie
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso, concédenos que la gracia recibida en este sacramento pascual permanezca siempre en nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
RITO DE CONCLUSIÓN
El Señor esté con ustedes
Y con tu espíritu
BENDICIÓN SOLEMNE
Que Dios misericordioso, que por la resurrección de su Hijo unigénito los ha redimido y hecho hijos suyos los llene de alegría con su bendición.
Amén.
Que por Cristo redentor, por quien ustedes recibieron el don de la libertad perpetua, les conceda también, en su bondad, tener parte en la herencia eterna.
Amén.
Que ustedes, que por la fe han resucitado en el bautismo, merezcan, por sus buenas obras, alcanzar la patria celestial.
Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo † y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes.
Amén
MOTIVACIÓN A LA SALIDA
Vayamos a vivir en la alegría del Señor que no necesitamos ver para creer en Jesús.
Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado. Pueden ir en paz, aleluya, aleluya.
Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.
CANTO DE SALIDA
Estrofa 1
Ven cantemos alabanzas,
alabemos al Señor.
proclamemos su victoria,
¡El Señor es nuestro Rey!
Coro
¡Venid con júbilo y cantemos,
alcemos todos nuestra voz!
Alábale, (alábale)
cantemos todos al Señor (Cantemos al Señor)
y gózate, (y gózate),
entrégale hoy tu corazón.
EL LEON
El León de la tribu de Judá
Jesús venció las cadenas y nos liberó
El es nuestra antorcha de victoria
Nuestra fortaleza en tiempos de flaqueza
una torre en tiempo de guerra
¡oh! la esperanza de Israel.
Resucitó (3), Aleluya.
El León de la tribu de Judá
Jesús venció las cadenas y nos liberó
El es nuestra antorcha de victoria
Nuestra fortaleza en tiempos de flaqueza
una torre en tiempo de guerra
¡oh! la esperanza de Israel.
Jesus de Nazaret
Galileo galileo
Jesús de Nazaret (2)
El tenia 33 años
era de tez morena,
usaba barba y cabellos
al estilo actual.
Cicratizes en las manos
cicatrizes en los pies,
se aconpañaba de leprozos
mendigos y perseguidos.
Jesús de Nazaret Galileo Galileo
Jesús de Nazaret
El tenía una banda de doce incondicionales
alborotaba a la gente
Predicando asi:
Amaos unos a los otros
,perdonar a tus enemigos
Si lo encuentras sigue sus huellas,
si lo encuentras ve tras el.
Jesús de Nazaret
Jesús de Nazaret
Galileo Galileo Jesús de Nazaret
Papara papaparara waooo